LA COLONIA JESUS MARIA

El 18 de septiembre de 1573 el fundador de la ciudad de Córdoba y referente de la corriente colonizadora de Tucumán, Jerónimo Luis de Cabrera, llegó con una expedición a estas tierras y estableció el Puerto de San Luis de Córdoba. 

Según relatos históricos regionales, el puerto estuvo localizado en nuestro actual distrito que lo convierte en uno de los primeros puertos de nuestros territorios nacional y provincial. Se utiliza la palabra “estableció” porque no fue una fundación propiamente dicha. El puerto no resistió al tiempo debido a los conflictos entre Jerónimo Luis de Cabrera y Juan de Garay, fundador de la metrópoli de Santa Fe y referente de la corriente colonizadora de Asunción, bajo cuya influencia se encontraba esta zona.

Sobre estas tierras estaba trazado el viejo Camino Real siendo un paso obligado para aquellos que se dirigían a la capital de nuestra provincia o hacia al norte desde Buenos Aires y viceversa.

El primer dueño del “Rincón del Carcarañal” (las tierras situadas entre el Arroyo San Lorenzo, la actual zona este del distrito Aldao y la confluencia de los ríos Carcarañá, Coronda y Paraná) fue el General Luis de Navarrete. Obtuvo la propiedad en 1633 cedida por el Gobernador de Buenos Aires, Pedro de Ávila. 

Años más tarde, luego de varias ventas, fue adquirido por Martín de Vera y Aragón, que construyó la Estancia de la Vera Cruz del Carcarañal. La misma contaba con gran cantidad de animales y fue un intento frustrado de poblar esta zona, ya que tuvo que venderla por deudas años más tarde. 

Desde 1719 a 1768 estuvo asentada la Estancia Jesuítica San Miguel del Carcarañal en el actual territorio del distrito Aldao. Dicha estancia tenía los puestos del Potrero y del Rincón de Carcarañá, situadas en nuestro actual distrito. Este casco de estancia sirvió como primer asentamiento de la Orden Franciscana, que luego se trasladó a la actual localidad de San Lorenzo, con el Convento San Carlos como centro. 

Algunas investigaciones y mapas confeccionados por distinguidos historiadores afirman que en nuestra localidad estuvo ubicada la Posta de San Lorenzo, creada el 13 de agosto de 1790, a cargo de don Félix de Aldao. Lo sucedió su hijo don Andrés Aldao (10-12-1793). Después de su renuncia, se nombró a don Francisco Rodríguez (08-08-1798).

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En nuestro pueblo también estuvo ubicada la Parada del Carcarañá o Paso del Carcarañal, establecida el 20 de julio de 1784, entre la Posta del Carcarañá y la Posta de San Lorenzo. Quienes estaban a su cargo eran “canoeros”, como Francisco de Aldao, Manuel Antonio Zabala y Gómez, y su hijo, Manuel José Zabala (1816). Por medio de este cruce, la Posta de San Lorenzo se vinculaba con la Posta del Carcarañá ubicada del otro lado del río, actualmente perteneciente al distrito Oliveros.

En 1790 adquiere las tierras el Sr. Felipe Grondona, razón por la cual esta zona sería más tarde conocida como “Rincón de Grondona”.

NACE LA COLONIA JESÚS MARÍA, “MADRE DE COLONIAS”

CONTEXTO HISTÓRICO

Luego de la sanción de la Constitución Nacional de 1853 el Estado comenzó a organizarse y definió las grandes políticas que caracterizarían a la Argentina de fines del siglo XIX y que constituyeron un hito en la historia de nuestro país, como lo expresado especialmente en el artículo 20 sobre los derechos de los extranjeros. Esto es claramente consecuencia de la puesta en práctica del postulado principal del gran pensador de la Constitución, Juan Bautista Alberdi: “gobernar es poblar”. Nuestro extenso territorio despoblado era visto como un obstáculo para el progreso de la Nación. Recordemos que hasta ese momento la tierra era utilizada para ganadería, y la zona donde vivimos no era una excepción. 

Así vemos cómo en la provincia de Santa Fe se fundó la primera colonia agrícola del país: Esperanza, el 8 de septiembre de 1856. Al año siguiente se sancionaron leyes específicas sobre inmigración en nuestra provincia, y a nivel nacional la Ley Avellaneda (1876), entre otras. El fomento de la inmigración fue acompañado con el avance del control sobre el territorio provincial por medio de la realización de expediciones militares cerca de la frontera indígena. Se incrementó el número de tierras en las que se establecieron nuevas poblaciones y explotaciones agrícolas. 

Todas estas políticas fueron aplicadas en el marco del modelo agroexportador en el que se estaba insertando nuestro país como proveedor de materia prima, y que hizo a nuestra provincia una de las más prósperas del país. En este contexto fue fundada la colonia Jesús María, una de las primeras colonias agrícolas y de las más importantes de nuestra provincia casi desde su nacimiento. 

PRIMEROS AÑOS. FUNDACIÓN

La colonia Jesús María tiene su origen en la división de las tierras de la Sociedad Aldao - Cullen (constituida por los hermanos José María Cullen y Camilo Aldao), conocidas como Rincón de Grondona, situado en la confluencia de los ríos Carcarañá, Coronda y Paraná con el arroyo San Lorenzo como límite sur. Las mismas fueron adquiridas el 2 de septiembre de 1869 por compra a don Juan Bautista Peña. 

El 28 de septiembre de 1870 la sociedad envió una carta al gobernador Mariano Cabal solicitando aprobar la fundación de la colonia Jesús María en la que además describe las bondades de estas tierras, el hecho de que ya se habían asentado más de 30 familias nativas y extranjeras y esperaban 80 más. La aprobación de la fundación además traería una serie de beneficios impositivos que se les concedería a las nuevas colonias. Este pedido fue remitido inmediatamente por el gobernador a la Legislatura provincial para que tenga a bien aprobar el pedido de la Sociedad Aldao - Cullen, pero finalmente no fue tratado ese año por el órgano legislativo. 

Dicha carta expresaba: “La Sociedad Aldao y Cullen ante V.E. respetuosamente expone: que habiendo resuelto fundar un Pueblo y Colonia con la denominación de Jesús María, en el campo de su propiedad, denominado “Rincón de Grondona”, en un área de terreno de cuatro leguas cuadradas, sobre la margen derecha del Río Paraná, cómo se impondrá V.E. por el plano adjunto, donde están establecidas ya treinta y tantas familias de inmigrantes europeos y nacionales, y estando para aumentarse el número de aquellas con ochenta familias más, que expresamente hemos mandado a buscar a Europa, solicitamos a V. E. se digne recabar de la H. Legislatura Provincial, a favor de dicho Pueblo y Colonia, alguno de los privilegios concedidos a las demás Colonias establecidas en la Provincia, como la exención de impuestos por el término de cinco años desde su fundación (...).

No se ocultará a la penetración de V.E. la importancia del establecimiento de este Pueblo y Colonia, no solo por la fertilidad del terreno, sino también por la posición topográfica y por la inmediación al rico mercado de Rosario (...); con un puerto conocido como el de San Lorenzo, circunstancias que colocan a dicha Colonia como la más bien situada de las demás que hasta hoy se han establecido en la República. 

Como la sociedad fundadora de este Pueblo y Colonia no se propone otras ventajas en su fundación que las de las ventas de las tierras, dejando en beneficio de sus pobladores todas las concesiones y privilegios que le sean acordados, y en interés de facilitarles las maderas que puedan llegar a necesitar en adelante, para edificios y para combustibles, solicitamos a V.E., a favor de dicha Colonia la propiedad de la isla denominada “El Encanto”, (...) que aunque hoy es inútil porque carece de bosques, puede servir a los colonos para la plantación de arboleda que le sirva para los objetos indicados. 

Por lo tanto, a V.E. suplicamos se digne a resolver como dejamos solicitado; es justicia que esperamos de V.E.”

Mientras tanto, el 14 de marzo de 1871, el gobernador nombró a Luigi Bresciasi de Borsa como Juez de Paz de la colonia y reguló su sueldo. Dicho decreto dice: 

“Siendo necesario dotar a la nueva colonia “Jesús María” de un Juzgado de Paz, el Gobierno de la Provincia decreta: 

Art. 1°- Nómbrase Juez de Paz de la expresada Colonia, al Sr. Luigi Bresciasi de Borsa”. 

Y en el artículo siguiente regula su sueldo que fue de 30 pesos fuertes mensuales. Este decreto es muy importante porque el gobernador Mariano Cabal reconoció la existencia de la “nueva Colonia” Jesús María, ya que la existencia de un Juez de Paz le otorgaba entidad al naciente poblado. Esto en principio podría ser una conclusión lógica de cualquiera que estudie la historia, pero en realidad es algo que expresamente surge de una norma jurídica provincial, pues unos meses después, en ese mismo año, la Legislatura provincial sancionó una ley exceptuando de impuestos directos a las colonias agrícolas establecidas o que se establecieren en adelante. Y en su artículo 6° determinaba que “El P.E. queda autorizado para nombrar en las colonias fundadas, o que se funden en los sucesivo un Juez de Paz con un sueldo que no exceda de cincuenta pesos ni baje de treinta pesos; siempre que tenga al menos cincuenta familias establecidas”, tal como lo había decretado el gobernador Cabal para nuestra colonia, que cumplía de sobremanera con los requisitos mencionados.

En ese entonces el Juez de Paz de Jesús María poseía una pluralidad de potestades y dependencias ya que tenía facultades político/policiales y judiciales en tanto eran delegados

jurisdiccionales de los poderes ejecutivo y judicial en su distrito. 

El 23 de junio de 1871, ante la falta de tratamiento por parte de la Legislatura, los hermanos envían una nueva carta al gobernador reiterando el pedido, mencionando expresamente la solicitud de la exención de impuestos desde el comienzo de 1870 (año en que efectivamente ya se habían establecido antes de fin de año 30 familias) en adelante por el lapso de 3 años. Nuevamente el gobernador remitió el pedido de la Sociedad a los legisladores. 

Finalmente, el 15 de julio de 1871 se promulga la ley de la Legislatura Provincial que aprueba la fundación de la Colonia Jesús María y otorga los beneficios correspondientes a las nuevas colonias. Cabe destacar que la colonia Jesús María es una de las pocas colonias de esa época que cuentan con esta documentación pública tan importante para la fundación, como es una ley provincial. 

La misma reza “Art. 1° Acéptense las bases presentadas por los señores Aldao y Cullen para la fundación de una colonia y pueblo denominada Jesús María en terrenos de propiedad de dichos señores declarándose de pan llevar el terreno comprendido en el radio de la expresada colonia. 

Art 2° La colonia y pueblo de que habla el artículo anterior queda exceptuada de todo impuesto fiscal directo por el término de tres años a contar desde la sanción de la presente ley. 

Art 3° Concédase así mismo a la colonia y pueblo de que hablan los artículos anteriores el usufructo exclusivo de la isla denominada el Encanto frente a la expresada colonia, mientras tanto no se legisle algo en contrario a la presente ley. 

(...)”. 

Ya en 1872 según el informe del inspector de colonias Guillermo Wilcken eran 180 las familias (150 italianas, 20 argentinas y 10 francesas) establecidas en la pujante y constituida colonia, que en conjunto llegaban a las 950 personas. En ese entonces era la 5° colonia agrícola en cantidad de habitantes. 

En ese tiempo ocupaba el 1° lugar en cantidad de maíz y el 5° puesto en trigo cosechados de la provincia.

Según dicho informe en esos años, las autoridades hasta la creación del Municipio eran el Juez de Paz y el Administrador de la Colonia, el Sr. Martín Nicolorich, y la atendía pastoralmente un sacerdote franciscano que residía en el Convento San Carlos de San Lorenzo. La comunidad ya tenía su templo católico (uno de los escasos 8 que existían entre las 30 colonias que había en la época) financiado por el Sr. Cullen. La totalidad de la población profesaba la fe católica. 

Según el inspector Wilcken la colonia necesitaba 2 escuelas y una Administración de Correos. 

Por ello, el 22 de abril de 1873 el gobernador Simón de Iriondo, en respuesta a la solicitud de la comunidad preocupada por la educación de sus hijos, nombra al primer maestro, Fray Atanasio Montanari OFM, en ese tiempo denominado “preceptor”. 

Así vemos como la colonia tenía un gran asiento, pujanza y consolidación, vecinos que se ocupaban del progreso de la reciente colonia que según los contemporáneos no pararía de crecer. El Estado provincial, por medio de sus legisladores ya le había dado nacimiento oficial, existencia y entidad propia a la Colonia y Pueblo Jesús María, que como sucedió en todas las colonias por razones lógicas, no contó con un gobierno propio inmediatamente en sus inicios.

Jesús María tiene una gran la particularidad: el comienzo de la colonia no estuvo signado por el ferrocarril, sino por esta trascendente gestión de los fundadores y la difusión en la zona. 

Ya estaban asentadas las familias pioneras: Grosso, Peiretti, Colmegna y Perazo. Algunas provenientes de otros pueblos como San Carlos y Coronda. Después se le sumarán las familias Maire, Serodino, Giudice, Rasetto, Fraire, Mauro, Bulla, Bauducco, Abatedaga, Venezia, Radice, Fumagalli, Re, Reinaud, Borgogno, Pastore. Como ya se mencionó, la gran mayoría de estas familias de inmigrantes provenían de Italia, particularmente de la región italiana de Piamonte y Lombardía, tendencia que siguió dándose hasta finales del siglo XIX. También llegaron inmigrantes franceses. 

Es interesante el hecho de que muchas familias fueron traídas directamente y desembarcaron en el campo del señor Francisco Copello, un marino lígure que los trasladaba desde Italia. Este campo estaba situado en los terrenos que actualmente ocupa la empresa Louis Dreyfus Company.  

Podemos concluir que Jesús María nació como una colonia de inmigrantes en su inmensa mayoría italianos del norte que, junto con algunas familias criollas, dieron forma poco a poco a nuestro pueblo. Esto nos convierte en una de las localidades que más vínculos tiene con la inmigración temprana de la segunda mitad del siglo XIX. Legado de esto son los apellidos que recordamos de nuestros antepasados y los que todavía hoy están presentes en nuestra localidad. A los inmigrantes piamonteses, lombardos se le fueron sumando los de la segunda oleada migratoria italiana de la primera mitad del siglo XX, de la región del centro-sur italiana. 

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Colonos en tiempo de cosecha

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Enfardadora

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Maquinaria agrícola

LA MUNICIPALIDAD

El 2 de septiembre de 1874, se promulga la ley de la Cámara de Representantes que crea la institución municipal, cuyas autoridades gobernarían la colonia: La Municipalidad de Jesús María. Este es el acontecimiento que se recuerda en el pueblo cada 2 de septiembre. Dicha ley dice textualmente: 

“Art. 1°- Establéese en la Colonia Jesús María, la institución municipal con el personal, atribuciones y deberes de las municipalidades de la provincia, que se determinan en la Ley Orgánica fecha 8 de noviembre de 1872”. En su artículo 2° fija los límites geográficos de la jurisdicción de la institución municipal, que son los mismos que los de la colonia. 

Las primeras elecciones de autoridades locales fueron el 17 de enero de 1875. La asunción fue el 1º de febrero de 1875. Las primeras autoridades gubernamentales de la colonia fueron: en el Concejo Ejecutor los señores Emilio Manino, Esteban Dupuis (presidente y vicepresidente respectivamente) y Miguel Bartolé; en el Concejo Deliberante: Francisco Copello, José Bacigaluppo (presidente y vicepresidente, respectivamente), Benigno Aremendia, Pedro Serodino y Pedro Vera.

Algunos de los intendentes que sucedieron al Sr. Emilio Manino fueron los señores Esteban Dupuis, Miguel Torriglia, Máximo Monsalve, Luis Gazzo, José Sala, Martín Nicolorich y José Fraire. 

COMISIÓN COMUNAL

Luego de la reforma de la Constitución de Santa Fe y de la Ley de Municipios y Comunas se creó la Comisión de Fomento de nuestra localidad, el 23 de noviembre de 1891. La primera comisión fue designada en 1892 y estaba presidida por el Sr. Santiago Castagneto, secundado por los señores José Fraire y Robustiano Gomez.

PLAZA DEL CARMEN

La plaza llamativamente no fue establecida al mismo tiempo que empezaron a asentarse los más antiguos edificios y casas de los colonos. Según las fuentes que conocemos, Don José María Cullen solo donó a la colonia los terrenos para la Capilla y el dinero necesario para su construcción. No es un dato menor, teniendo en cuenta que antiguos pobladores comentaban que el pueblo estaba destinado a desarrollarse en la “Bajada del Carmen”, a orillas del río Carcarañá, pero como la capilla ya estaba en construcción, los vecinos comenzaron a asentarse a su alrededor. 

La Plaza Del Carmen, cuyo nombre fue designado por nuestro fundador Cullen, tiene su origen en la donación del Sr. Miguel Torriglia (inmigrante italiano de Piamonte) efectuada el 23 de mayo de 1875. Es decir, desde 1870 (año en que se asentaron los primeros colonos) hasta 1875, la colonia careció de plaza principal. Notamos aquí la progresiva delineación de nuestro pueblo que, como vemos, no fue planificada detalladamente.  

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LA PARROQUIA NTRA. SRA. DEL CARMEN

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Antigua Capilla de la Colonia. Actual Templo Parroquial construida por los colonos

La primitiva capilla de la colonia Jesús María, inaugurada en los años fundacionales del pueblo, fue una de las primeras edificaciones de carácter comunitario, y principal preocupación de los colonos pioneros. Dicha edificación se situaba a unos metros de la actual casa parroquial. Fue edificada por los primeros colonos. José y Carlos Giúdice se encargaron de los trabajos de carpintería. Dedicada a Nuestra Señora del Carmen por deseo de Don José María Cullen, fue el único inmueble que el fundador donó a la comunidad. Fue demolida en el año 1951. 

El actual templo parroquial tiene como origen la Comisión Pro Nuevo Templo constituida en 1916 por mujeres de la localidad. Luego en 1928, se conformaría otro grupo de hombres con el mismo fin. La piedra fundamental fue bendecida por el P. Joaquín Duca OFM y colocada el 16 de julio de 1930. La obra fue adjudicada a los prestigiosos arquitectos Tito y José Micheletti. Inaugurada el 16 de julio de 1937, es uno de los templos más bellos de la región y forma parte del patrimonio histórico y arquitectónico de nuestra localidad. 

Desde sus inicios, los padres franciscanos del Convento San Carlos de San Lorenzo atendieron a la comunidad. Al principio, venían en sulky o a caballo y posteriormente en un auto Ford A donado por feligreses locales. 

En 1943 el templo fue erigido canónicamente como parroquia. El primer Cura Párroco fue el Pbro. Pedro Martino, nombrado en enero de ese año por monseñor Caggiano, primer obispo de Rosario.

La parroquia publicó durante varios años el periódico “La Voz del Pueblo”, en el que se incluía contenido relacionado a la vida parroquial, así como también asuntos de interés general y de la vida cotidiana del pueblo. 

Cabe destacar que el número extraordinario de este periódico con fecha del 8 de diciembre de 1953 constituye la primera iniciativa local de documentar la historia del pueblo, bajo la dirección del P. Julio A. M. Galbiati, significativo cura párroco de la localidad. El P. Galbiati, seguramente luego de mucho diálogo con los antiguos vecinos y descendientes de su época supo desentrañar la historia de muchas instituciones y nos aportó datos muy interesantes sobre la cotidianeidad en la colonia Jesús María. Es por eso que, como en muchos pueblos pequeños, fue el primer historiador de nuestro pueblo. 

La Voz del Pueblo forma parte de las fuentes bibliográficas más importantes de nuestra historia local porque contenía el testimonio de algunos pobladores fundadores de la Colonia.

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Parroquia Nuestra Señora del Carmen en la actualidad

EL CEMENTERIO “JESÚS MARÍA”

Contaban antiguos vecinos que se hicieron 3 donaciones de terrenos para que pueda construirse allí el cementerio. Las primeras 2 no fueron aceptadas por encontrarse muy cerca de la población, así que se aceptó la del Sr. Martín Nicolorich, quien fuera por varios años administrador de la colonia, cuñado de los hermanos Aldao - Cullen y administrador de la sucesión Cullen. Él vivió en lo que era conocido como monte Torres, donde su familia tenía un matadero (actualmente conocido como el campo de Palma) y carnicerías.

La construcción la hizo con fondos propios con autorización del gobierno provincial. La Municipalidad tenía la obligación de devolverle de a poco lo que invirtió, por lo que fue nombrado administrador del cementerio. Luego de la muerte de don Martín, sus herederos condonaron la deuda en favor de la Municipalidad, hoy Comuna. 

¿De qué manera surgió la necesidad de un cementerio?

La colonia Jesús María en sus inicios tenía una muy baja tasa de mortalidad, algo que destaca el inspector de colonias Wilcken cuando vino a la colonia en 1872. Los difuntos eran sepultados en el cementerio del entonces pueblo de San Lorenzo, única población cercana existente en ese momento. 

Un día llegó un señor proveniente de Rosario y luego de descomponerse falleció. Como luego se comprobó que había sido de cólera, actuaron con el debido protocolo: la colocación de 50 kilos de cal viva y su sepultura en San Lorenzo. Pero el Intendente de San Lorenzo no quería recibir difuntos de localidades ajenas y les comunicó a las autoridades de Jesús María que tuvieran a bien encontrar la forma de construir un cementerio en su propia jurisdicción. 

Así fue como la gente de nuestro pueblo se ocupó de hacer realidad esa necesidad. Entonces el Sr. Nicolorich, administrador de la sucesión Cullen, cedió parte de sus terrenos para tal cometido. 

El libro de defunciones de la comuna comienza en diciembre de 1886 y los primeros 7 difuntos que aparecen registrados en el mismo son entre otros Antonio Ragazzo, Pedro Girigulli, Antonio Valveson, Alfredo Cesarini, Paulina Marti. Salvo 2, el resto a causa del cólera, una epidemia que hizo estragos en la población local y en la región. 

Un lugar en particular para destacar de nuestro cementerio es la capilla, construida en 1889 según las inscripciones que tiene en sus laterales, lo que la convierte en una de las edificaciones en pie más antiguas de nuestro pueblo. Ubicada en el centro del fondo del camposanto, se encuentra junto a las galerías más antiguas. 

En el centro del cementerio encontramos también la imponente tumba donde descansan los restos de quien fuera el donante de sus tierras, don Martín Nicolorich, protagonista de una historia conmovedora que demuestra los lazos entre los seres humanos y los animales. Junto a su lápida hay una estatua de un perro que representa a su amigo Dinco, protagonista de un relato muy conocido en nuestro pueblo y contada por nuestros abuelos. Dicha historia está muy bien descrita por nuestro escritor local, el maestro Carlos Leiva, en su libro “A Timbúes”, que invitamos cordialmente a leer. 

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También puede destacarse una fosa que contiene una estructura con 3 lápidas de personas de nacionalidad británica y alemana, entre las que encontramos a Elisa Taylor, esposa de Guillermo Kirk, fundador de Kirktown o Bella Vista, una de las poblaciones que dio origen a la actual localidad de Puerto Gral. San Martín. 

El pórtico de entrada fue inaugurado el 1º de noviembre de 1929. La comisión organizadora de la construcción del pórtico estaba integrada por la Sra. Ercilia Castelnovo de Fumagalli y la Sra. María Regina Giudice de Bauducco. 

Los donantes para la construcción fueron familias pioneras y sus descendientes, tales como Colmegna, Zancarini, Echezarreta, Fumagalli, Bauducco, Re, Fasano, Pagiola, Perazo, Giudice, Milanese, Ipotenesi, Morello, Trivisonno, Maire, Mura, Palmero, Radice, Bulla, Radice, Giardino, Meotto y Artola. 

Una manera informal de designar el lugar del cementerio es decir “Mitre al fondo”. Cuentan antiguos vecinos el lugar antes era designado popularmente como “lo de Bauducco”, porque cerca del cementerio vivía esta familia de inmigrantes italianos de la región de Piamonte. 

Cabe destacar también cada una de las galerías antiguas que se encuentran en nuestro cementerio bordeando el fondo y los laterales, en las que se encuentran los restos de los primeros pobladores de nuestro pueblo.

 Paradójicamente constituyen historia viviente, porque los detalles funerarios y artísticos muestran particularidades de su historia y su cultura. A partir de las fechas podemos ahondar en datos relativos a las primeras familias, pueblos y países de procedencia y cuestiones del culto religioso. Por ejemplo, las imágenes de Ntra Sra. del Carmen, la patrona de Timbúes, o de la Virgen de Bisaccia, culto mariano de más de un siglo en nuestro pueblo y que nos une desde hace tanto tiempo con la localidad italiana de Montenero di Bisaccia. Podemos observar los santos a los que aquellos inmigrantes eran devotos en la época, frases y escritos poéticos que son testimonio de su existencia y paso por nuestra zona. También podemos observar allí los nombres y algunas fotos de expresidentes comunales que han contribuido muchísimo a la comunidad. 

Es por todo ello que debe ser un lugar preservado y cuidado ya que constituye uno de los mayores patrimonios materiales e inmateriales de nuestro pueblo, reserva fundamental de su historia y de las personas que conformaron nuestra localidad. 

LA CRUZ DE LA COLONIA

Este monumento religioso y arquitectónico es uno de los más antiguos que quedan en pie. Esta cruz situada en el medio del campo de la por entonces Colonia Jesús María fue levantada en agradecimiento de las familias y colonos por la superación de las epidemias y la esperanza por el nuevo siglo que llegaba. Es una cruz de hierro forjado sobre una base de mampostería revestida en placas de mármol de Carrara con inscripciones en sus cuatro caras. Fue bendecida por el padre Ignacio Scapigliati OFM (franciscano) el 1º de noviembre de 1900, día de Todos los Santos. Los padrinos fueron los hijos mayores de cada donante de las placas. El terreno donde se emplaza es de seis metros cuadrados y fue donado por Bautista Ceresoli. La cruz fue forjada por José Zancarini.

En medio de la cruz de hierro forjado hay un corazón de latón calado que dice: “Venid todos a mí”, entre sus cuatro caras de mármol contiene las siguientes inscripciones: “Divino Redemptori Nostrae Saluti A.M.C.M. Populus Jesu-María dicavit”, donada por el Sr. Augusto Scapigliati; la inscripción significa: Al Divino Redentor de nuestra salvación en el año 1900, el pueblo de Jesús María. 

La placa que da al lado oeste dice: “CHRISTUS VINCIT” (Cristo vence) Fue donada por la señora María Buaglio de Perazo. La del lado sur dice: “CHRISTUS REGNAT” (Cristo reina) Fue donada por la señora Laura Rossa de Razetto. 

La que mira al este dice: “CHRISTUS IMPERAT” (Cristo impera), donada por la señora Angela Colmegna.

En diciembre de 1900 se llevó en procesión una imagen de la Virgen de las Gracias, donación de la familia Ceresoli. La misma estuvo colocada en una hornacina hasta 1950. En su lugar se colocó una mayólica representando a la “Pietá” de Miguel Angel. La antigua estatuilla está actualmente en la casa parroquial.

De los donantes podemos mencionar que el Sr. Augusto Scapigliati fue socio fundador de la Sociedad Italiana Unione e Benevolenza de San Lorenzo y hermano del sacerdote que bendijo la Cruz. Dicho sacerdote era un religioso franciscano que venía desde el Convento San Carlos para atender a la población de Jesús María. 

Las donantes eran mujeres de 50 a 60 años, italianas y madres de familias pioneras de la localidad. 

A más de 120 años de la colocación de la Cruz de la Colonia, punto de referencia que conocemos todos los timbuenses, constituye un legado de nuestros ancestros, deja rastro de la presencia de antiguas familias asentadas en nuestro pueblo y es un hito del pasado que nos habla aún hoy, de nuestra historia. 

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La Cruz de la Colonia     

        

ESTANCIA RINCÓN DE GRONDONA

Está ubicada en un quiebre del cauce del arroyo Carcarañá sobre la margen derecha, en un paraje conocido tempranamente como el Rincón del Carcarañá. Es muy probable que esté ubicada junto a la Parada del Carcarañá o Paso del Carcarañal, establecida el 20 de julio de 1784, entre la Posta del Carcarañá y la Posta de San Lorenzo. Como se dijo antes, quienes estaban a su cargo eran “canoeros”. Algunos de ellos fueron Francisco de Aldao, Manuel Antonio Zabala y Gómez. Este último no tenía obligación de dar caballos, sino de cruzar en canoa el río trasladando a los correos gentilhombres y a todo aquel que pasara por allí. Su hijo, Manuel José Zabala (1-2-1816), también realizaba el mismo trabajo sin exigir estipendio.

Al estar ubicada dentro del llamado “Rincón de Grondona”, tuvo los mismos dueños que estas tierras, quienes fueron mencionados anteriormente. 

En 1869 los hermanos Camilo Aldao y José María Cullen recuperan con una nueva compra la vieja estancia que, pese a todos los cambios de dominio, mantiene el nombre de uno de sus primeros dueños, Grondona. No hay certeza de la fecha en que fuera construida la vieja casona. Algunos la datan en 1869, otros hacen referencia que allí se habría alojado Urquiza cuando acampara en sus inmediaciones el Ejército Grande en enero de 1852 camino a Caseros. Por las características de la edificación bien podría corresponder a las primeras décadas del s. XIX.

La construcción mantiene las características de los cascos de estancias de entonces: una sola planta, techos de azotea, cuerpo central con galería de arcos de medio punto flanqueada por dos cuerpos laterales y ventanas con rejas. Durante las sucesivas ocupaciones se hicieron algunas ampliaciones y mejoras en su infraestructura. Rodeando la casa, el parque forestado crea un entorno muy particular y protegido ya que para llegar a la casona había que traspasar catorce tranqueras.

El establecimiento supo ser una de las unidades económicas más importante de la zona; no sólo se dedicaba a la producción de granos y a la crianza de ganado, sino que servía de acopio para los productores de las inmediaciones y poseía talleres propios que elaboraban piezas y herramientas destinadas a la actividad agrícola y ganadera. Parte de las tierras eran arrendadas a colonos. Allí estuvo establecida a fines del siglo XIX una familia criolla muy importante y que tiene todavía hoy descendientes en nuestra localidad: la familia Aquino. Según contaba un descendiente de esta familia algunos de los administradores de esta estancia fueron las familias Echezarreta, Rosemberg, Homer y Raimonda. Allí estuvo establecida también la familia Chiodin. Dicen que llegó a tener alrededor de 90 colonos arrendatarios. 

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